Las claves para ser un buen orador.
POR AUDOMARO RAMIREZ.
"Una actitud positiva y natural, mover las manos, mantener la mirada y olvidarse de papeles son algunas de las pautas para hablar mejor en público y comunicar con eficacia"
Mucho antes de que Albert Rivera se hiciera famoso, el periodista y profesor de oratoria
Paco Grau ya ponía como ejemplo de buen comunicador al presidente de Ciudadanos. "Pablo Iglesias también lo es aunque, bajo mi punto de vista, parece que siempre está cabreado". Sin entrar en ideologías, este profesional que en sus 22 años de carrera ha formado a unos 8.000 oradores de toda edad y condición -recuerda hasta a un alumno jubilado- asegura que estos dos políticos emergentes son la excepción de una regla en la que incluye a
Mariano Rajoy. "Comunicando es justito, tiene muchos problemas".
Como el presidente del Gobierno, la mayoría de los españoles tiene pánico a hablar en público, cuenta Grau, "tiemblan, lo pasan mal y, si pueden, lo evitan". Y lo peor es que "no son conscientes de hasta qué punto ellos y sus empresas pierden oportunidades por no comunicar con eficacia".
Político, abogado, comercial, emprendedor... Sea cual sea su profesión, continuamente tiene que vender un mensaje. Persuadir a un votante, a un tribunal o a un cliente. "Si no transmite que usted mismo está convencido de ello, ¿cómo va a conseguir que el resto sí lo esté?".
Para Grau, un perfecto orador es
Barack Obama. "Sonará a tópico pero es un hacha en carisma.
Sabe contar historias plagadas de anécdotas con las que la audiencia se identifica, yo a estos ejemplos los llamo
lubricantes del discurso. Además, utiliza muy bien la gestualidad, se pone la mano en el corazón". Respecto a Trump, "es efectivo porque resulta natural, seguro de sí mismo". También alaba a Malala, la joven paquistaní que fue Premio Nobel de la Paz con sólo 17 años. «Siempre pongo su
discurso frente a la ONU en mis clases porque sabe interpretar las palabras, aun teniendo un apoyo escrito delante no pierde contacto visual con el auditorio".
El experto proporciona para ZEN un decálogo de pautas básicas para desarrollar esta habilidad, "tan necesaria como saber leer o escribir".
- 1.-TENER MUY CLARO EL MENSAJE. "Hay que llevar el discurso estructurado por puntos, aprendido de memoria para evitar bloqueos y con las ideas que queremos transmitir muy claras". Una exposición tiene que tener un orden y una coherencia para poder seguirla y recordarla. "Aconsejo concisión y dominar el tema".
- 2.-MANTENER UNA ACTITUD POSITIVA. La comunicación corporal supone un 90% -el éxito y sólo un 10% se debe a la comunicación verbal. "Es importante lo que decimos y más aún cómo lo decimos". Una sonrisa comunica.
- 3.-SER UNO MISMO. Las caretas se caen fácilmente, mientras que si uno transmite naturalidad resulta más fácil que no desmonten sus teorías, comenta Grau. "Claro que esto no hay que llevarlo al extremo, es preferible ser formal a excesivamente coloquial".
- 4.-SEGURIDAD Y RELAJACIÓN. "El auditorio no está formado por fieras dispuestas a devorar, sino por un grupo de personas, que puede ser más o menos numeroso, pero al que no debemos ver como una amenaza", alerta el profesor de oratoria. Corremos el riesgo de que nuestro cuerpo reaccione con temblores, sudoración, rojeces... "El sistema nervioso se dispara y no lo controlamos, como cuando salimos corriendo ante un animal salvaje o retiramos la mano del fuego que quema. La serenidad es fundamental".
- 5.-CONTROL DE LA MIRADA. Cuando sospechamos que nuestro interlocutor miente le pedimos que nos mire a los ojos. "El contacto visual tiende puentes de comunicación. Una mirada efectiva tiene más posibilidades de captar la atención, hacer llegar el mensaje y conseguir un feedback".
- 6.-ENTRENARSE. "No pasa nada", escrito en mayúscula y con tres signos de admiración. Así arranca sus cursos Grau, quien reconoce que las personas extrovertidas tienen parte del camino recorrido, pero incluso el más tímido puede perder la vergüenza. "Muchas veces nos cortamos al preguntar dudas desde el patio de butacas porque nos horroriza pensar que no vamos a dar el nivel, que todas las miradas se van a girar hacia nosotros y que se escuchará sólo nuestra voz. No queremos ser el centro de atención. En el mundo anglosajón, en cambio, estos problemas se solventan a los seis años". Cuente un chiste, exprese sus ideas a un amigo, lea en alto... "Cuanto más se practica, más soltura se tiene".
- 7.-DECIR ADIÓS A LAS CHULETAS. ¿Cuántas veces hemos visto a un perfil público dar un discurso de 20 folios sin levantar la vista? "Muchos parlamentarios hacen esto continuamente. Eso no es dar una conferencia, mejor repartir unas fotocopias y que la gente las lea en lugar de dormirse". Por no hablar de los políticos que no entienden su propia letra y pierden el hilo: "Es cierto que tener herramientas de apoyo, como diapositivas, un guión o el propio discurso delante aporta una cierta seguridad, pero debe ser como la partitura para el músico, por si acaso".
- 8.-MOSTRAR LAS MANOS. "En mi opinión, el discurso de Navidad del Rey Felipe VI perdía eficacia cuando cerraban tanto los planos que sólo se veía su rostro. La gestualidad es importantísima, mover las manos cuando hablamos transmite convicción, acompaña al discurso y facilita la comprensión".
- 9.-ACTITUD. "Las entonaciones, como los gestos, desmienten mensajes. Uno no puede comunicar optimismo con cara de pena o frunciendo el ceño". Grau aconseja no acelerarse y otorgar expresividad a cada palabra. "Mantener el ritmo, el tono, la entonación y las pausas adecuadas durante la intervención".
- 10.-HABLAR DE PIE. "¿Qué pensaríamos de un orador que aparece ante nosotros medio acostado, escondido o columpiándose en una silla, por muy excelente que fuera el discurso?". Evite una perorata causando buena impresión. Y un último consejo: "Preséntese con un vestuario adecuado a la situación".
- 'I Have a Dream', el famoso discurso de Martin Luther King que ha pasado a la Historia.
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