Refrescos como Coca-Cola dañan riñón y páncreas
Robert H. Lustig, el reconocido endocrinólogo de la Universidad de San Francisco, explica a La Razón los daños que provoca el azúcar de esa bebida
Para Robert Lustig, el endocrinólogo más reconocido en la medicina estadounidense: “El azúcar es la principal causa de la diabetes en el mundo, ningún otro alimento la provoca, porque no se trata de calorías u obesidad, el azúcar es la toxina específica que afecta al riñón y al páncreas”.
En entrevista telefónica con La Razón, el espenncialista va más allá y afirma: “No hay cuestionamiento de que el azúcar es una de las causas de la obesidad, y tampoco hay duda de que la Coca-Cola, Pepsi o cualquiera de los refrescos es la principal fuente de azúcar. No hay discusión. Pero el azúcar y específicamente los refrescos como la Coca-Cola son la principal causa de la diabetes”.
El documento “La relación entre el azúcar y los niveles de prevalencia de diabetes en la población”, coescrito por Lustig y publicado en febrero pasado, revela que si se consumen 150 calorías extras al día, la prevalencia de padecer diabetes es de 0.1 por ciento, pero si esas 150 calorías son de una lata de Coca-Cola, la prevalencia de la diabetes se elevará al 1.1 por ciento y “en Estados Unidos y México no se consume sólo una, sino hasta dos y media latas de Coca-Cola al día”.
El especialista hace una división entre las causales de obesidad y diabetes para dejar claro que son distintas, pero la variable de la ingesta de azúcar es notable en ambos padecimientos.
Añade tajante que alimentos como las papas fritas o las frituras embolsadas causan más obesidad que las bebidas azucaradas o el azúcar en los helados, o en otros alimentos. “En la obesidad el azúcar es una causa, no la causa, pero el azúcar y específicamente los refrescos como la Coca-Cola son la principal causa de la diabetes”, sostiene.
El documento, en el que además de Lustig, catedrático de la Universidad de San Francisco California, participaron especialistas de la Universidad de Stanford, de la Universidad de California y el Instituto de Estudios para Política de Salud, pone el dedo en la llaga en la definición de que no existe mayor riesgo para desarrollar la diabetes que el azúcar.
En México, las cifras nos ponen en el primer lugar del ranking mundial en el número de niños y mujeres diabéticos.
Sobre si las empresas productoras de bebidas endulzadas engañan al consumidor sobre las cantidades de azúcar y otros ingredientes que aportan calorías, Lustig aclara que ese no es el problema.
“Las empresas sí dicen la cantidad de azúcar que contiene el producto, e incluso, se dice qué otros ingredientes contiene, sin embargo la nueva publicidad apela al sentido común del consumidor diciéndole que todas las calorías cuentan, como dejando en él la responsabilidad del consumo. En otras palabras ellos dicen no es nuestra culpa”, refiere.
Pero señala que hay que ir más allá, porque no todas las calorías son lo mismo, “las calorías del azúcar son extremadamente diferentes. Las del azúcar son peores que las de otros ingredientes. Lo que ocurre con Coca-Cola o esas compañías de bebidas endulzadas es que no advierten sobre los posibles daños a la salud que podrían provocar esas calorías, y no lo explican en sus etiquetas”.
Al preguntarle sobre las política que deberían adoptar los gobiernos para el control del consumo de bebidas azucaradas, en particular en torno a los refrescos, como sería imponerles un impuesto especial, Lustig señala: “Obviamente mucha gente diría es injusto pagar un impuesto extra por un refresco, habría que preguntarse si se necesita beber refrescos, si aportan algo, si son necesarios. Y en especial la gente de bajos recursos podría argumentar un acto de discriminación, pero lo interesante sería destinar ese impuesto a acercar la comida sana a las personas de menor capacidad adquisitiva, programas contra la obesidad”.
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